Carta a los Hebreos.
"Porque no os Habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego sino que nos habéis acercado al Monte de SION, a la ciudad del Dios Vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de Munchos millares de Ángeles."
En la Antigüedad se oraba al monte de Sinaí, estando sujeto a la Ley. Hoy en Tiempo de Gracia, atreves de la sangre de nuestro Señor Jesucristo, derramada en la Cruz, tenemos entrada directa al Trono Santo de Dios y es por medio de la Fe en Nuestro Salvador.
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