miércoles, 4 de noviembre de 2015

JOSE HIJO DE JACOB- 2



JOSÉ INTERPRETA DOS SUEÑOS

aconteció después de estas cosa, que el copero de rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto.
Y se enojó Faraón y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso.
Y el capitán de la guardia, encargó de ellos a José, y les servía; y estuvieron días en la prisión. Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes. Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quién lo interprete. Entonces les dijo José:  ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora. Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José. Y le dijo José: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días.
Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá en tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero.
Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel.
Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que veía tres canastillos blancos.
Entonces respondió José: Esta es su interpretación: los tres canastillos son. Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti.
Al tercer día, que era el cumpleaños de Faraón, el rey hizo banquete a todos su sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus servidores.
E hizo volver a su oficio al jefe de los coperos, y dio éste la copa en mano de Faraón. Mas hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo había interpretado José.
Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó. ( Gn 40:1 al 8-12 al 23)



JOSÉ INTERPRETE EL SUEÑO DE FARAÓN

Aconteció que pasado dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río; y que del río subían siete vacas , hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado.
Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón.
Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña, y que después de ellas salían otras sietes espigas menudas y abatidas del viento solano; y las sietes espigas menudas devoraban a las sietes espigas gruesas y llenas.
Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quién los pudiese interpretar a Faraón.
Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mi falta. Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a mi y al jefe de los panaderos. Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche; estaba allí con nosotros un joven hebreo, y se lo contamos, y él interpretó nuestros sueños.
Y aconteció que como él nos lo interpretó, así fue. Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón. Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quién lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos.
Respondió José a Faraón: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón. Y contó Faraón su sueño a José. Entonces respondió José a Faraón:  El sueño de Faraón es uno mismo; Dios a mostrado a Faraón lo que va a hacer.
He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto; y tras ellos seguirán siete años de hambre. Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.
Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.
Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de abundancia. Y junte toda la provisión de estos bueno años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre. ( Gn 41:1 al 16-25 al 36)




JOSÉ GOBERNADOR DE EGIPTO

El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quién esté el espíritu de Dios?
Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropa de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.



Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.
En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones. Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimentos en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores. Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. Y comenzaron a venir los siete años de hambre; y hubo hambre en todos los países, mas en la tierra de Egipto había pan.
Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.
Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre. ( Gn 41:37 al 43-46 al 49-53 al 57)



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