sábado, 7 de noviembre de 2015
JOSÉ HIJO DE JACOB 3
LOS HERMANOS DE JOSÉ VIENEN POR ALIMENTOS
Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos.
Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto. Mas Jacob no envió a Benjamín
hermano de José, porque dijo: No sea que acontezca algún desastre.
Y José era el señor de la tierra, quién le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José. y se inclinaron a él rostro a tierra. Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente. y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: de la tierra de Canaán, para comprar alimentos.
Entonces se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido. Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no aparece. En esto seréis probado: Vive Faraón, que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere aquí.
Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días. Y al tercer día les dijo José: Haced esto y vivid: Yo temo a Dios. Pero traeréis a vuestro hermano, y serán verificadas vuestras vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así. Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos.
Mandó José que llenaran sus sacos de trigo y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en sus sacos, y les diesen comida para el camino; y así se hizo con ellos.
Pero abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acontecido.
Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no aparece, Ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son estas cosas.
Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le acontesiere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol. (Gn 42:1 al 20-24 al29-36-38)
LOS HERMANOS DE JOSÉ REGRESAN CON BENJAMÍN
El hambre era grande en la tierra; y aconteció que cuando acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre: Volved y comprad para nosotros un poco de alimento.
Respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros. Si enviares a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento.
Dijo Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais otro hermano? Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros,, y por nuestra familia.
Entonces dijo Judá a Israel: envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos, y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.
Entonces Israel respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevan a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras. Tomad también a vuestro hermano, y levantaos, y volved a aquel varón.
Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano
y a Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.
Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doble cantidad de dinero, y a
Benjamín; y se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron delante de José.
Y vio José a Benjamín con ellos y dijo al mayordomo de su casa: lleva a casa a esos hombres, y degüella una red y prepárala, pues estos hombres comerán conmigo al mediodía.
Entonces aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron llevados a la casa de José. Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra. Entonces les preguntó José cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía? Y ellos respondieron: Bien va a tu siervo nuestro padre; aún vive.
Y alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre. Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que con él comían.
Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de ellos. Y bebieron y se alegraron con él. (Gn 43:1 al 18-26 al 34)
JOSE SE DA A CONOCER A SUS HERMANOS
No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos.
Y dijo José a su hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbado delante de él. Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendistéis para Egipto. Ahora, pues, no entristezcáis, ni os pese haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales no habrá arada ni siega.
Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto
ven a mí, no te detengas.
Y se oyó la noticia en la casa de faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y esto agradó en los ojos de Faraón y de sus siervos.
Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, e id, volved a la tierra de Canaán; y tomad a vuestro padre y vuestras familias y venid a mí. porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto , y comeréis de la abundancia de la tierra.
Y tú manda: Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras mujeres, y traed a vuestro padre, y venid. Y no preocupéis por vuestros enseres, porque la riqueza de la tierra de Egipto será vuestra.
Y subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán a Jacob su padre. Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y es el señor de toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió, porque no les creía. Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlos, su espíritu revivió.
Entonces dijo Israel: Basta; mi hijo José vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.
(Gn 45:1 al 10-16 al 28)
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