jueves, 16 de abril de 2015

LA VOLUNTAD DE DIOS






"Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre"
(Mr 3:35)
"Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que lo envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia" (Jn 7:16-17-18)
"Pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismo se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios; de manera que exortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia" (2 Co 8:4-5-6)
"No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor" (Ef 6:6-7-8)
"Estad siempres gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (1 Ts 5:16-17-18)
"No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque es necesaria la paciencia, para que habiendo  hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa" (He 10: 35-36)
"Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar  la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios" (1 P 2:13 al 16)
"Porque mejor es que padezcáis  haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal" (1 P 3:17)
"Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme  a la voluntad de Dios" (1 P 4:1-2)
"De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomiendan sus almas al fiel Creador"
(1 P 4:19)
"Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre"
(1 Jn 2:16-17)

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